A un día de recordar la muerte de un gran prócer como lo fue nuestro general Don José de San Martín, es inevitable pensar en aquellas personas que se abrieron camino aún en las más hostiles circunstancias, en medio de intrigas y pujas de intereses para asegurar el bien común. Aquellos que supieron construir con el pueblo un sentimiento de pertenencia, sin claudicar a la hora de sostener sus valores y defender sus ideales. Aquellos seres coherentes que fueron capaces de valorar a la libertad como un bien supremo, luchando por ella en diferentes ámbitos a tal punto de transitar lo imposible. Aquellos nobles de espíritu que lograron distinguirse por pensar distinto y, sin creer en la suerte, forjaron un Destino propio donde la libertad es una bandera que se yergue hasta la inmortalidad.
Por supuesto, más de uno debe pensar que esos “locos lindos” pagaron un alto costo por seguir sus ideales a contra mano del resto. Es verdad, siempre hay un costo en las elecciones que hacemos, pero lo cierto es que fueron librepensadores, capaces de ser dueños de sus propias decisiones y acciones, más allá de las instituciones, dogmas y tendencias políticas de cada época. Vivieron bajo su ley. Por eso trascendieron y sus legados perduran en el tiempo iluminando a otros que siguen sus ejemplos.
Pero, diran algunos, hoy no existen ejemplos como aquellos. Y quizá, querido lector, las circunstancias hayan cambiado tanto que no veamos paralelos evidentes. Pero eso no significa que hoy no existan personas osadas y decididas. Es más, hay tres ejemplos que queremos mencionar: son librepensadores de nuestra política rionegrina, forjaron su propio destino y fueron hitos por no aceptar dócilmente la partida que les tocó, al expresar sus más profundas convicciones. Dos de ellos siguen en la palestra política y el tercero eligió un nuevo campo de acción en los medios de comunicación.
El primero es Alberto Wereltinek, nuestro ex gobernador. Sí, seguro no te lo esperabas. Es que en su accionar político, más de una vez demostró su esencia de librepensador. Consideremos tan sólo la manera en que llegó al poder provincial: como es sabido, de la mano del Gringo Soria y formando parte de una estructura que se sacudió tras su muerte. En ese momento, Alberto mostró su librepensamiento y supo que para lograr sus objetivos, debía armar una nueva estructura. Jugado y pragmático a la hora de decidir y actuar en la política, en un contexto donde parecía no haber lugar al pensamiento individual, el hombre pensó, decidió y armó su propio partido con la libertad de que, si bien se juega en equipo, el dueño de la pelota siempre es él. En todo momento, se acomodó y jugó mostrando que sabe armar equipo pero nunca dejó de ser el que decide. De esta manera, con mucha habilidad fortalece la idea de que él está en una estructura pero en realidad siempre está jugando un paso más allá del resto. Y, si queda la sensación de que es “muy individualista”, hay que aclarar que él es quien siempre puso el cuerpo y, en definitiva, todos se beneficiaron de las acciones de este libre-estructuralista-pensador. Entonces, hay que reconocerlo: no cualquiera sabe llevar adelante este juego ni cargar con el peso de las decisiones. Por eso, Alberto es un libre pensador en cuanto a lo estructural y desde allí, construye un camino propio que tiene mucho futuro. Incluso, hasta se puede pensar en un futuro Alberto presidensiable.
El siguiente ejemplo es nuestro Intendente de Viedma, Pedro Oscar Pesatti. Hombre que en su momento sacó el bastón de mariscal que cada peronista trae al mundo. Por eso, por su formación, su libre pensar está en lo ideológico y en la acción, en el pragmatismo puro de las decisiones de gobierno que toma. Jamás ocultó ser peronista, aún estando en Juntos Somos Río Negro. Claro, no lo proclamó pero lo vivió y demostró cada día. Por ejemplo, cuando no se dejó influir por Weretilnek y dijo al mejor estilo de librepensador “con Macri no, hasta ahí llego yo” porque no era una posibilidad acorde a sus valores e ideales. Incluso, levantó la bandera del librepensamiento cuando, a pesar de adherir a los valores kirchneristas del gobierno nacional, se opuso al traslado de presos federales con covid positivo a Viedma, enfatizando que “la gente de mi comarca está primero”. También al propio gobierno provincial le dijo “no, si vienen funcionarios de afuera, tienen que hacer cuarentena como el resto” a pesar de ser del mismo color político. Es que un verdadero librepensador siempre valora el bien común y lo resguarda con sus acciones. Algunos sostienen que estas actitudes las heredó del Gringo Soria y él no reniega de esto, ya que sabe reconocer sus raíces. En fin, quizá sea más largo el camino que recorra este librepensador pero será suyo y en libertad.
Por último, no podemos obviar al Legislador mandato cumplido, Rubén Torres ya que, dentro de los ejemplos de librepensamiento, sigue siendo un modelo de sostener las convicciones hasta las últimas consecuencias. Pero antes de continuar, aclaremos que nuestra cercanía (ya que es uno de los jefes de este conglomerado comunicacional de agencias, portales web, radios, productoras y consultora), nos permite conocer muchas anécdotas, de las cuales sólo vamos a señalar aquellas que son de público conocimiento.
Quizá de los ejemplos mencionados, este sea el más particular porque llegado el momento, con osadía, en medio de la sesión legislativa, bajo la mirada atónita de sus compañeros, se autoproclamó “Librepensador”. Y no fue para ostentar un título más sino por la necesidad de validar la coherencia que siempre lo caracterizó, al sostener un pensamiento guiado por convicciones y no por conveniencias momentáneas: por eso votó “no” en primera instancia a la reforma judicial del Superior Tribunal de Justicia rionegrino y fue el único que le dijo “no” a la minería a cielo abierto en esa recordada reunión de Bloque con la presencia del entonces vicegobernador Weretilnek (quizá ahí se ganó su enemistad para siempre, porque a pesar de que tragaban saliva, ninguno de los 29 legisladores presentes se le paró de manos como lo hizo ese joven legislador impertinente que sólo pensaba en el bienestar de su Bolsón natal y de los rionegrinos). Claro, cuando gritás una postura así en medio de un cuerpo colegiado, tus decisiones políticas quedan atadas para siempre a esas palabras y hasta para tus mismos compañeros te volvés extrañamente peligroso. En ese momento, cuando se terminan las falsas ilusiones de camaradería y demostrás de qué estas hecho, te das cuenta que la verdad es un territorio sin senderos y se recorre con mucho esfuerzo y tesón. Entonces, lo que queda es abrirte camino en otros ámbitos (como el de los medios de comunicación) para que te permitan expresar verdades sin censura y sostener un espacio donde se respete la libertad de expresión tanto propia como ajena. Sólo de esta forma se entiende que antes de entrar a este mundo haya puesto un estudio jurídico, para asegurarse de que las verdades que ofenden puedan decirse libremente.
Claro, la conclusión es obvia: es difícil ser un librepensador en los casos que antes te mencionábamos, con cargos tan altos, por la estructuras a las que debés enfrentar, buscando ese equilibrio en las acciones que tocan los intereses de muchos. El costo de desafiar con altruismo a “la comodidad” y “el sentido de pertenencia”, sabiendo que “lo fácil” está a la vuelta de la esquina. Es un ejercicio que sólo lo practica la gente que tiene convicciones muy hondas, discutibles o no, pero profundas al fin. Personas que no se conforman con lo que les toca, sino que construyen con protagonismo el “Éxito, porque la suerte es para los mediocres”.