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No es casual que en los relatos reales y ficcionales sobre las grandes hazañas, los protagonistas se hayan encomendado a las divinidades para que los inspiren como un acto de respeto a la verdad y al oyente atento a esas historias.

Ejemplos ficcionales hay muchos, desde el poeta Homero que invoca a la Musa para que cante en sus palabras la historia del soberbio Aquiles cuya cólera movió los hilos de la guerra contra Troya más que los dioses, hasta la invocación de nuestro gaucho Martín Fierro que para contar su historia clama: “vengan santos milagrosos,/ vengan todos en mi ayuda,/que la lengua se me añuda/ y se me turba la vista;/ pido a mi Dios que me asista/ en una ocasión tan ruda.”

También abundan los ejemplos reales. Por eso, hoy, querido lector, frente al desafío de escribir una nueva editorial nos encontramos en la disyuntiva de preguntarnos: ¿nos tendremos que encomendar a alguna divinidad para que nos inspire? y si es así, ¿a cuál? porque musas inspiradoras hay muchas y a conveniencia según los intereses actuales de cada escritor (sin dar nombres sí podemos mencionar que algunos recitan lo que la musa del dinero les dice, otros repiten las palabras del poder, incluso hay quienes callan lo que la “divinidad” les ordena).

Nosotros, queridos lectores, desde que empezamos este oficio de escribir, nos atenemos a la musa de la reflexión y la autocrítica. Y, por respeto a los lectores, ante la lluvia de mensajes con respecto a la última editoral, nos vimos en la obligación de repasar nuestro ejercicio periodístico. Si bien la mayoría estaba de acuerdo con los conceptos e información que transmitimos, sintieron que luego de su lectura, la editorial nada les dejaba como aporte crítico que los hiciera repensar cuestiones sociales y políticas. Obviamente tomamos en cuenta lo expresado por cada uno de ustedes y repasamos teóricamente el concepto de editorial para así también repensarnos nosotros mismos como medio de comunicación.

Éstas son algunas de las conclusiones a las que llegamos: para cualquier medio, es vital tener una política editorial que sea coherente con sus principios, misión y valores. Este postulado, en realidad, es la brújula que va a guiar la toma de decisiones sobre lo que se escribe y se publica. También la política editorial de un medio de comunicación expresa el apego y compromiso con la libertad de expresión, independencia, democracia y los derechos humanos, entre otros. Y esa posición ideológica debe guiar el trabajo diario de publicación. En caso contrario, la incoherencia del medio será visible al lector quien lo juzgará como inconsistente.

Por eso, más allá de la información nueva o reinterpretaciones que se transmita en las publicaciones, hay lineamientos o irrenunciables a los que hay que ajustarse como medio de comunicación. En nuestro caso, más allá de escribir una editorial semanal que según indican los expertos debe ser una narración donde se exponga y argumente una opinión colectiva y anónima sobre algún hecho de especial importancia, demostramos con cada escrito que no sólo es válido el punto de vista de quien escribe, evalúa las circunstancias, interpreta y comenta la realidad, sino también la capacidad crítica del lector quien complementa el texto con su lectura y análisis inteligente.

Es que ustedes, queridos lectores, no son meros destinatarios sino complemento fundamental de este proceso comunicativo. Y, lejos de subestimarlos, consideramos que sólo en la retroalimentación del diálogo, en ese ida y vuelta interno al pensar y cuestionar lo que se lee, es que se pueden ejercitar los verdaderos valores (la libertad y el respeto, entre otros) y construir un medio de comunicación que valga la pena.

Por eso, constantemente los invitamos a pensar los temas que exponemos y seguir demostrando el protagonismo que, sin duda, tienen para nuestra agencia. Para que sigan en contacto con nosotros y puedan expresar lo que piensan y sienten les dejamos el siguiente mail: radiounoviedma@gmail.com. Por nuestra parte, estamos deseosos de leerlos y conocer cuál es el concepto que tienen sobre una editorial.