Ayer (domingo) la Ruta 40 estuvo otra vez cortada, en ese caso, por la policía de Rio Negro, que buscaba evitar conflictos entre los manifestantes de un lado y del otro, de una situación que ya lleva años en esa zona tan bella de la región y el país, ponderada por las autoridades como uno de los atractivos mas importantes desde el punto de vista turístico, pero abandonada a la hora de tomar decisiones.
Personas demoradas, en sus vehículos particulares o en transporte público, otra vez vieron vulnerados sus derechos de transitar libremente por una ruta nacional, en este caso, no por el corte producido por manifestantes que utilizan a las comunidades originarias como escudo, sino por prevención de lo que pudo ser, incluso, un enfrentamiento con armas y el cuidado y protección -imaginamos- de una dirigente de orden nacional que ya todos conocemos y que no es necesario mencionar, además de sus pares de la Provincia.
Quedan, en este caso como en otros, una serie de preguntas que la propia dirigencia o las autoridades pueden responder, cuando se entiende que por naturaleza están llamados o llamadas a dar esas respuestas. Como: por qué no se manifiestan o se “encadenan” frente al Poder Judicial de la Nación o el juzgado Federal, que es el ámbito que debería dar respuestas sobre el particular.
Por qué no reclaman ante los gobiernos de la Provincia y de la Nación para que se cumpla la Lay 26.160 de Relevamiento de Comunidades Indígenas, que fue sancionada en el año 2006 y que venía a resolver este tipo de conflictos, llevando ya 16 años y cuatro prórrogas, siendo la última en noviembre del año pasado.
Es decir, una Ley que se suponía que resolvería la situación de las comunidades originarias de todo el país porque la Constitución nacional así lo establece, como resguardo para la noble convivencia de todas personas que habitan el territorio nacional, fue prorrogada en el 2009; 2013; 2017 y 2021.
Frente a ello, por qué la Justicia y las autoridades no dan respuesta a los ciudadanos en vez de que tengamos que seguir padeciendo sus negligencias y la irresponsabilidad de quienes vienen a sacarse una foto porque hay campaña y dejan para el día siguiente a los vecinos de Mascardi en soledad, a merced de posibles represalias, como ha sucedido hasta el momento.
Qué efecto motivador; qué conveniencia; qué tipo de negligencia o qué ignorancia permite que las personas nos encontremos a disposición de una casualidad (en el mejor de los casos si no pasa nada) o de una fatalidad; que la Policía provincial deba exponerse a insultos, agresiones; a dar respuestas que no tiene, cuando la Gendarmería Nacional no ha podido ni puede dar esas respuestas. Quién se favorece con esta ausencia atroz del Estado que conduce a enfrentamientos entre vecinos y miradas escurridizas de dirigentes y gobernantes que solo buscan la “foto”, a costa de la gente.