Tras el cierre de las paritarias entre la Municipalidad de Viedma y la representación sindical se debe resaltar, más allá del acuerdo salarial, un hecho trascendental que pasó desapercibido: la pluralidad de voces, tanto del lado empleador como por la parte trabajadora.
Tradicionalmente en estas negociaciones, que se realizan a lo largo y ancho del país, se observa que la representación sindical está conformada mayormente por delegados varones, pero en las paritarias viedmenses ya el 2020 ocurre una circunstancia esperanzadora.
Más del 50% de la representación por la parte empleadora estaba integrada por mujeres, mientras que en la comisión encargada de representar los intereses de las y los trabajadores hubo una casi absoluta mayoría de delegadas mujeres, con participación de representantes trans.
Este escenario de paritarias no suele repetirse en otros municipios del país y seguramente debe haber pocos casos en el mundo, transformando a Viedma en un hito de la lucha de mujeres y disidencias.
Ha quedado demostrado que las mujeres y disidencias contamos con la capacidad para una negociación colectiva en beneficio de las y los trabajadores, un territorio hasta el momento dominado por varones. Y que es importante que cada vez más nos apropiemos de estos espacios de poder.
Tenemos que continuar la lucha por la inclusión de las mujeres y la diversidad en la agenda política porque nuestros derechos necesitan ser representados por todas y todos.
Hoy en Viedma la sociedad es un poco más justa.